Miguel estaba ya cansado de llevar la cabeza inundada de ese silencio áspero que sabía no era más que un disfraz de cal puesto encima de un muro vibrante de grafittis.
Los ojos vidriosos, la espalda pesada y la cintura anudada por un corsette invisible pero asfixiante le pesaban todos los días como un recordatorio agobiante de que quizás, sólo quizás, el camino que había emprendido hace mucho no era, como él creía, para toda la… Continue
Se abrió de pronto esa puerta a otra realidad y me sentí de nuevo en casa. Los árboles me saludaban con hojas de estalactitas talladas desde un corazón de esmeralda que palpitaba a través de esos capullos transparentes. El agua se colaba a través de esas ramitas hechas de perlas y facetas diamantadas y florecía en miles de cristales. Los rayos del sol rebotaban de un gigante a otro y hacían de ese bosque la casa de los mil espejos, donde yo me veía… Continue